INFO-TECNOLOGÍA Y EDUCACIÓN

Febrero 20, 2021 1 Comment Gestión escolar, Tecnología Marcelo
Compartir

Hay palabras que cada día vamos escuchando de manera más habitual. Inteligencia artificial, neuro-educación y BigData son conceptos que rápidamente se van integrando más al mundo educativo, en particular a la gestión escolar, y con mayor o menor velocidad nos vamos dando cuenta que el camino va en esa dirección. Comparto una inquietud en relación a cómo nos desafía el encuentro del mundo educativo con la informática del presente y el futuro en la escuela, en sus puntos más sensibles, productivos y ambivalentes.

Antiguamente la fuerza física y la capacidad cognitiva era algo propio del ser humano que aportaba de manera directa y única al mundo del trabajo; con la revolución industrial la fuerza física la entregaron las máquinas por lo que el ser humano quedó sólo con la cognición como algo propio que podía entregar como especie humana y hacerse con ello necesario en variados puestos de trabajo y en el desarrollo del conocimiento. En nuestra época, esto último, nos ha cuestionado en la base de nuestra identidad profesional y laboral, ya que la Inteligencia artificial (IA) va avanzando a pasos agigantados en el desarrollo de procesos cognitivos que hasta hace poco eran sólo de los humanos y en algunos casos los ha superado. Esto vuelve a traer a la palestra la pregunta; ¿algún día nos reemplazaran las máquinas o los computadores como fuerza laboral?; pero ya no con la caricatura de años atrás, sino que con la evidencia de la investigación en neurociencia y en redes neuronales informáticas, que han podido conocer los procesos de sinapsis que se generan en nuestro cerebro y cómo eso se puede lograr también a través de la IA. Esto ya no es ciencia ficción, ya es realidad.

En la actualidad la investigación en neurociencia y economía conductual ha permitido “acceder al cerebro de los humanos” y comprender mejor cómo tomamos las decisiones. Se ha descubierto que todas las elecciones que hacemos no son resultados de un misterioso proceso que sucede en nuestro espíritu libre, sino que del trabajo de miles y millones de neuronas que calculan probabilidades en una fracción de segundo. Lo que muchos llaman intuición o un don especial en realidad es un reconocimiento de patrones. También es cierto que algunos algoritmos bioquímicos aún están ajustados a la sabana africana y no a la jungla de cemento actual, y así es que muchas veces nos podemos equivocar frente a señales claras que reciben nuestros sentidos. Esto quiere decir que si la IA tiene que trabajar en función de buscar las mejores respuestas a problemas que se pueden comprender y detallar, es muy probable que sus respuestas sean acertadas y con menor rango de error que lo que podrían hacer muchos de los seres humanos que dirigen equipos de personas.

 

¿Existe un talento especial para gestionar en educación?

Lo interesante, en relación a esta pregunta, es que al parecer no hay un talento o don especial, sino que hay al menos dos formas para llegar a tomar buenas decisiones en la gestión escolar.

Una es a partir de la experiencia, donde luego de ver o vivenciar experiencias exitosas o fracasos escolares, se va logrando una síntesis de qué elementos facilitan o dificultan la implementación de una propuesta de gestión escolar de calidad, dicho de otro modo, nuestro cerebro ha sido capaz de reconocer patrones que facilitan o dificultan una apropiada gestión escolar a lo largo de una acumulación de años, experiencias o casos de estudio.

La segunda forma, que no tiene que ver con esa acumulación de experiencia y patrones introyectados, es el tener herramientas (informáticas, por ejemplo) que permitan sistematizar, ordenar, leer patrones, orientar e incluso predecir situaciones y comportamientos.  Incluso, el futuro puede llegar a ser aún más radical, y utilizar lo que ya hacen nuestros teléfonos inteligentes para poder leer e interpretar patrones de tonos voz, expresiones faciales, temperatura corporal, ritmo cardiaco e incluso llegar a medir reacciones bioquímicas frente a determinadas situaciones de estudiantes, colegas, apoderados, etc.  Es cierto que esto, hoy, nos suena invasivo y hasta peligroso, pero al mismo tiempo hay que estar despiertos éticamente, pues todo esto ya lo puede hacer la tecnología de manera masiva, incluso con muchos de nuestros teléfonos, pero la pregunta está en si eso ¿es un recurso válido para la educación?. Esto ya existe, hay que ver cómo y hacia dónde se transita en este encuentro tecnológico-educativo. Como dicen algunos, estamos llegando al momento que, por la cantidad de sensores que tienen los Smartphone, tu teléfono te llegará a conocer mejor que tú mismo, pues es capaz de reconocer tu cansancio, nerviosismo, tristeza, alegría, etc. a través de las reacciones bioquímicas.

Entonces no existe un talento especial, existe la posibilidad de reconocer patrones y poder generar respuestas apropiadas para esas lecturas. Eso se puede hacer a partir de la experiencia personal acumulada y/o de medios informáticos que nos proporcionan información ya procesada.

 

¿Qué habilidades son propias de la Inteligencia artificial y no tenemos los humanos y debemos aprovechar?

Sabemos que las ciencias de la informática y sus aplicaciones ya son capaces de leernos a nosotros y establecer patrones, incluso sugerir decisiones más o menos apropiadas con un alto grado de éxito. De este modo habilidades que hasta hace poco pensábamos que eran propias de los seres humanos cada vez más pueden ser aplicadas por parte de las IA.

Entonces la pregunta ahora es al revés, ¿Hay habilidades donde derechamente nos superen las IA?. Sí, al menos se pueden detallar dos habilidades que no tenemos como humanos, que si tienen las máquinas, y que son de mucha utilidad para la gestión habitual en nuestras realidades educativas: La conectividad y la actualización.

Nosotros como seres humanos somos entidades independientes, cada uno de nosotros es un mundo que si bien decimos que nos podemos conectar con otros, esa conexión no implica llegar a conocer de manera cierta y concreta qué es lo que piensa (nos pueden mentir), qué información posee (nos pueden engañar), qué es lo que realmente va a hacer en tal o cual situación (Podemos idealizar o incluso sublimar), etc. Las IA no tienen este problema, una red de computadores son realmente una red que comparte conocimientos, recursos, desarrollos, etc. Así una plataforma que luego de muchos datos ha logrado procesar millones de relaciones entre, por ejemplo, calificaciones-asistencia-atrasos-observaciones y asistencia a reuniones de apoderados de muchos establecimientos de diversos lugares, podrá compartir y aplicar ese patrón detectado en cualquiera de los colegios que utilicen esa aplicación, sin ser necesario que lleve 5 años usando la aplicación o que corresponda a un contexto muy particular; puede predecir pues el conocimiento se transfiere de manera “real” en la red.

La segunda habilidad que no poseemos los humanos y sí las IA es la actualización. Es cierto que nosotros podemos actualizarnos como individuo a través de un grado académico o simplemente con el hábito de la lectura; pero bien sabemos que si queremos estar al día en cualquier tema deberíamos estar casi todo el día leyendo por la cantidad de conocimiento que se genera, y si tenemos dificultades con algunos idiomas tendremos que esperar un tiempo para que algunos paper sean traducidos en idiomas que podemos comprender. Las IA no tienen ese problema; y en este ámbito tienen dos ventajas. Una es que si se actualiza se actualiza para todos, no para una unidad, pues están conectadas. Y lo segundo es que esa actualización puede ser mejorada, eliminada, corregida, etc. Y todo eso en tiempo real. Por ejemplo: El decreto 67 modificó las condiciones para que un estudiante pueda repetir en IIIº y IVº Medio, por lo que, para estar al tanto de esto, los directivos o docente tuvieron que capacitarse y actualizar sus conocimientos respecto al decreto de evaluación y promoción escolar, pues este cambió. Quien se capacitó y estuvo atento, se enteró de este cambio que impacta la repitencia o no de un estudiante. Los software de gestión escolar actualizaron una vez ese cambio en el cálculo de la repitencia e inmediatamente quedó modificado en coherencia al decreto 67 para todos los niveles educativos, con lo cual aseguró que en todos los colegios, y no sólo en donde se capacitaron sobre el decreto 67, se apliquen los nuevos criterios de promoción.

Esta breve reflexión no es una apología de la informática ni muchos menos una lectura errada en relación a transformar en fines aquellos que son solamente medios en la educación; sin embargo, es importante tomar conocimiento de las tendencias en este ámbito, pero por sobre todo poder leer la oportunidad que se nos brinda para cualificar nuestra práctica educativa a partir de datos procesados. Cómo dicen coloquialmente: “Cada uno puede tener su opinión, pero no sus propios datos”. Saber leer, usar, interpretar, aplicar y proyectar los datos es ubicarnos en el ethos profesional en que cada vez más se encontrarán quienes tengan que liderar proyectos educativos, con una orientación a la calidad e innovación.

 

Dos desafíos…

  1. Integrar: Este tiempo nos ofrece la oportunidad de pensar en ecosistemas informáticos, donde desde un solo lugar podamos ir recopilando e integrando de manera ética y con fines educativos, variadas herramientas informáticas que nos permitan solucionar dificultades, facilitar trabajos administrativos, integrar información, funcionar en red y facilitar procesos para la toma de decisiones.
  2. Priorizar: Con todos los recursos existentes hoy, es necesario priorizar en dónde vamos a enfocar nuestras energías, dónde vamos a focalizar nuestro interés. Identificar qué es delegable y qué indelegable para liderar, conducir u orientar un proyecto educativo. A veces sucede que delegamos lo indelegable (Gestionar procesos y acompañar personas) y nos sobrecargamos de responsabilidades delegables (Permisos, horarios, recursos, operación, etc.)

 

Finalmente, ¿Qué puede aportar CMI Escolar a la gestión escolar?. Plataformas de gestión escolar como CMI, pueden colaborar; junto con tener una mirada más estratégica de la institución al poder monitorear de manera permanente algunos indicadores de gestión; ir instalando una mentalidad de proceso en los diversos actores de la comunidad educativa, donde se puede priorizar el acompañamiento de las personas y el asegurar la calidad de procesos educativos a través del seguimiento y monitoreo constante. Es una herramienta que aporta a implementar un modelo de calidad educativa según los criterios que cada comunidad quiera aplicar.

Educar es preparar para el mañana con los pies bien puestos en el hoy, y con el conocimiento y experiencias del pasado que conforman nuestro acervo cultural, social, intelectual, afectivo, sexual, económico, etc. Si somos capaces de reconocer las herramientas tecnológicas que existen hoy y la velocidad de su transformación e impacto en la vida de las personas, es importante y necesario tener una conversación en relación a cómo será el futuro en esta integración y cómo nos podemos preparar para ello. La inteligencia militar y económica ya viene usando esto hace un tiempo (sabemos como funcionan las redes sociales, y por ello es recomendable ver el documental de Netflix, “El dilema social”) La pregunta final es la obvia y clásica en educación, ¿Qué vamos a hacer frente a estos enormes desafíos?  ¿Esperar para luego reaccionar o vamos a tomar la iniciativa para integrar a la tecnología, formativa y éticamente, en la gestión escolar?

About The Author
Leave Comment
  1. 1

    Juan Carlos Alvial Vargas

    Estimado Marcelo, ante todo felicitarte por tu escrito, y contarte que me gustó mucho.
    El artículo es interesante porque traza ciertos desafíos en los cuales nos vimos envueltos por la fuerza, pero hoy caminaremos con tranquilidad y sorpresa por ellos. Además, el énfasis que pones en la relación Inteligencia Artificial y personas clarifican ciertos derroteros que debemos ir incursionando.
    Sólo agregar que veo necesario darle más énfasis a la vinculación ética, educación e IA para establecer ciertos límites que ayuden a vivir de buena forma en un siglo complejo.

    Saludos.

    JC

    Responder

Leave a reply

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *