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Innovación educativa
Las vacaciones escolar son un espacio que los niños y niñas esperan. A lo menos, se detiene la rutina diaria de ir al colegio.
A continuación, podemos compartir algunos consejos de un especialista.
En un artículo publicado por Esteban del Río, psicólogo, señala que las vacaciones paran la rutina.
“El levantarse temprano todos los días para ir al jardín o al colegio, almorzar en el establecimiento educacional, el compartir con los compañeros y compañeras, entre tantas otras cosas, se detienen por un par de semanas y abren el desafío de reorganizar la vida familiar, y sobretodo el día a día de nuestros niños y niñas” comenta Esteban.
Muchos padres y madres, abuelos, y adultos en general que se relacionan con los niños de forma frecuente y estable viven con incertidumbre y dificultad estos cambios en las rutinas. ¿Con quién dejaré a mis hijos? ¿Qué haré con ellos? ¿Qué hago para que no se aburran?¿ Es conveniente modificar los horarios y rutinas?
Esteban comparte algunas indicaciones para las vacaciones…
ANTICIPAR LOS CAMBIOS:
Quizás hay que partir por lo más básico y central. Para el período de vacaciones es importante anticipar el lugar y/o personas con quienes se quedaran nuestros niños. Esto es importante para la sensación de tranquilidad de nosotros como adultos, pero también para la sensación de seguridad que necesitan niños y niñas.
De esta manera es conveniente coordinar semanas antes los horarios, lugares y personas de confianza con quienes nuestros niños y niñas estarán, y poder transmitirles a éstos la información de forma clara y precisa, para que estos cambios puedan ser abordados por ellos con mayor control. El saber que pasará, cuándo pasará, donde estarán, a qué hora volverán los padres, quiénes los acompañaran, etc. les entregará a los niños y niñas mayor seguridad y confianza, ya que un contexto más claro y predecible se traduce en un mundo interno más seguro y calmo.La seguridad en invierno o en zonas australes
FLEXIBILIZAR RUTINAS:
En relación a las rutinas cotidianas de los niños, las vacaciones se convierten en un momento en el que ciertos hábitos y rutinas pueden flexibilizarse. Levantarse un poquito más tarde por las mañanas, dejar de lado los estudios y tareas, tener tiempo para jugar y hacer otras cosas que en el tiempo de clases se no se alcanzan a hacer, salir de visitas a otras casas, etc. son posibilidades ciertas y recomendables en este período.
RESGUARDAR NORMAS:
Sin embargo, esta flexibilidad debe darse dentro de un marco mayor en el que las normas y límites que promueven el bienestar de nuestros hijos persisten. Es decir, por ejemplo, el acostarse más tarde no debe significar que el niño duerma menos de las horas necesarias para su descanso, o que la alteración del horario no sea tanta como para que luego el retorno a la rutina escolar se vuelva muy difícil. De la misma forma, si uno de nuestros niños y niñas se queda en la casa de algún otro cuidador, sea un abuelo, un tío, vecino, etc. es conveniente poder transmitir normas que han sido importantes en el desarrollo de nuestros niños/as y que sería conveniente que a pesar de los cambios, siguieran intencionándose.
Por ejemplo, si es que hemos tenido dificultad para que alguno de nuestros niños o niñas aprenda a controlar esfínter durante la noche, sería recomendable transmitir a los nuevos cuidadores las estrategias que hemos aplicado y que han sido efectivas, como quitar los líquidos una hora antes de irse a dormir. Esto lo podemos aplicar en otros hábitos y normas, como la comida, la higiene personal, etc.
MOMENTO DE ENCUENTRO:
Otro aspecto central en los períodos de vacaciones es que este tiempo se convierta en un momento para enriquecer la relación con nuestros hijos e hijas, pasando más tiempo con ellos, compartiendo más actividades en conjunto, mirándolos más, escuchándolos más, y que ellos a su vez tengan la posibilidad de conocernos más a nosotros. Esto se puede hacer con pequeños gestos o iniciativas que no siempre requieren grandes acciones. A veces pensamos “es que no me queda tiempo para jugar con mi hijo”, o “es que mi hija es tan inquieta, no sé qué hacer para entretenerla” juegos y juguetes.
La oportunidad que nos dan los niños es que, sobretodo en sus primeros años, no es tan importante a qué se juega, sino con quién juegan, y cuál es el clima afectivo que se genera en ese momento. Lo que buscan son emociones, tipos de relación que les generen felicidad, cariño, y desafíen su curiosidad. Así, no es tan importante generar un “súper juego”, con muchos juguetes y grandes historias, sino que mediante simples actividades cotidianas podemos crear las instancias para compartir con ellos y entretenerlos.
Por ejemplo, si estamos cocinando y no tenemos tiempo para “jugar” con nuestro hijo o hija, podemos convertir el momento de la cocina en un juego. Así, les podemos decir que como son tan grandes e inteligentes, y a veces a nosotros se nos hace muy cansador y aburrido cocinar solos, hemos pensado que necesitamos de un buen ayudante que nos ayude a cocinar. Así los invitamos a ser nuestros ayudantes, les ponemos un delantal, un gorro, y les vamos pidiendo que nos traigan la sal, nos pase una taza, nos ayuden a revolver la mezcla, etc. En la medida que hagamos esto con alegría, con una actitud juguetona, niños y niñas tendrán una oportunidad para entretenerse y sentirse plenos y agradecidos.
INVENTAR Y CREAR:
De similar manera, las vacaciones y los cambios que generan son una oportunidad para que podamos fomentar la creatividad en nuestros niños y niñas. Una de las grandes tareas del desarrollo en los primeros años de vida es explorar el mundo, es probar nuevas experiencias, mirar mucho, tocar cosas, oler, conocer el nombre de las cosas, fantasear. Por esto, el pasar más tiempo con nuestros hijos permite que podamos ayudarlos en esta maravillosa experiencia de conocer y crear a la vez el juego.
No nos preocupemos de decirles todo lo que pueden hacer, cómo tienen que hacerlo, o de tener el juguete o juego perfecto. Muchas veces lo que ellos necesitan es simplemente que les demos la oportunidad de crear, les ayudemos mediante incentivos a buscar sus propias áreas de interés y actividades de entretención. Nuestra tarea es fomentar, facilitar, dar las condiciones y espacios seguros para que ellos exploren y prueben; el cómo lo quieran hacer dentro de este marco dejemos que ellos lo elijan.
AYUDA PARA VOLVER A CLASES:
Por último, y tal como al comienzo, es importante que un poco antes del fin de las vacaciones vayamos preparando a los niños y niñas para el retorno al Jardín o colegio. Como mencionábamos antes, los niños manejan mejor los cambios cuando se los anticipamos, y por eso es conveniente ir informándoles del día de retorno al Jardín, mostrárselos en un calendario, e ir conectándolos con los aspectos que ellos disfrutan y valoran del Jardín. Sus amigos, sus tías, las actividades que más disfrutan. De la misma manera, unos pocos días antes sería beneficioso retomar rutinas de horarios de sueño y alimentación que pudieran haberse flexibilizado en el período de vacaciones.